martes, 5 de noviembre de 2013

Manipulación lingüística

La manipulación lingüística es la lacra del periodismo. Se presupone la búsqueda de la objetividad, la imparcialidad, y la veracidad de los hechos, basadas en la consulta de fuentes fiables. Sin embargo, los criterios de rigor y rectitud informativa han sido desmantelados por los medios de comunicación tradicionales. Si bien es cierto que la ideología es un patrón influyente en todos los mass media, los medios impresos son los mejores ejemplos en los que podemos observar cómo el manejo del lenguaje puede darle la vuelta a la información.

En consecuencia, los receptores de la información, esto es, los lectores de prensa, recurren a ampliar el abanico de información (o deberían), consultando varios periódicos opuestos para extraer sus propias conclusiones y forjar una opinión independiente. Ahora los medios online se presentan como una nueva solución. No nos referimos a los periódicos digitales ni a las ediciones de papel que ofrecen también sus versiones en red, sino que hablamos del papel protagonista que están adquiriendo las redes sociales en el siglo XXI. En el espacio virtual, el feedback comunicacional se refuerza más que en cualquier otra forma de comunicación, ya que los usuarios de Internet interpretan sendos papeles, el de receptor y emisor. Sin embargo, esto no quiere decir que la manipulación lingüística se abstenga de aparecer en escena, pues, al fin y al cabo, somos las personas quienes manejamos el lenguaje, y, de nosotros depende que hagamos un buen uso de él o no. 

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