jueves, 20 de febrero de 2014

A cup of tea

Noche tras noche, acurrucada bajo la manta aterciopelada que se extendía con gracia sobre sus finas piernas como la cola de un infinito vestido de gala, se removía en el sofá hasta encontrar el hueco perfecto entre cojín y cojín. Agarraba firmemente con ambas manos una finísima taza de porcelana, fina como su autoestima, translúcida y frágil. La tacita, herencia de una bisabuela caduca, había sufrido el paso del tiempo y del té, pues cada noche una bolsita entraba y salía, entraba y salía, con el vaivén de sus dedos aferrados a la etiqueta que casi siempre acababa por esconderse en el fondo. Cucharas de plástico, desechables, sin glamour alguno, contrastaban con las flores del cerezo en primavera que algún artista había pintado con pulso de acero sobre la porcelana. Dos terrones de azúcar moreno, más morenos que los cabellos revueltos de la joven, se deshacían lentamente en lo más profundo de la diminuta taza, consumidos por el agua hirviendo y las especias de cada nueva bolsita de té. Cada diez minutos un pitido ensordecedor maullaba desde la cocina clamando auxilio. Entonces ella dejaba con delicadeza la tacita sobre una mesa de roble rescatada de la basura y corría de puntillas a por la tetera metálica, robusta y nueva que algún ser querido le había regalado por su último cumpleaños. De un cajón desastre sacaba una bolsita, o dos los días que se sentía estresada, y volvía por donde había venido para rellenar de nuevo la tacita. Después de sentarse en el hueco del sofá y arroparse con su vestido de terciopelo, se mojaba los labios con el suave aroma del té verde, el de jazmín o tal vez un nuevo sabor de eso que los entendidos llamaban rooibos. Con el carmín rosado en los bordes, la tacita volvía vacía a su sitio para descansar, hasta la noche siguiente. 

1 comentario :

  1. Cuando puedas, pásate por mi blog!!
    Te he nominado a un premio!! ^^

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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